Descripción:
Técnica fotográfica de impresión de positivo por contacto directo (técnica conocida por sus siglas en ingles, POP. Que consiste en la impresión de la imagen por luz ultravioleta sin revelado químico) muy común durante la segunda mitad del siglo XIX, que consistía en una hoja de papel recubierta por dos o más capas de clara de huevo a manera de barniz, el cual podía ser algunas veces brillante. Posteriormente era fotosensibilizado con un baño de nitrato de plata para formar con el cloro contenido en la solución de albúmina, sales de cloruro de plata (sal fotosensible).
Este recubrimiento de huevo únicamente impermeabiliza al papel, sellando las fibras para aumentar la nitidez de la imagen, incrementar el brillo y la densidad. La fotosensibilidad necesaria para crear la impresión nada tiene que ver con la albúmina, sino que es lograda por la flotación del papel en una solución de sales de nitrato de plata que permanecen en suspensión sobre la capa de albúmina sin impregnar las fibras de papel.
El tiempo de exposición podía variar dependiendo de varios factores pero bajo la luz directa del sol podía comprender desde cinco hasta 10 minutos o incluso horas bajo una luz muy débil.
El tiempo de exposición podía variar dependiendo de varios factores pero bajo la luz directa del sol podía comprender desde cinco hasta 10 minutos o incluso horas bajo una luz muy débil.
Los últimos papeles fueron entonados al oro por soluciones alcalinas para obtener colores mas fríos de tonos púrpuras.
Fue la técnica adoptada por casi todos los fotógrafos (quienes realizaban sus negativos en placas con colodión e imprimían con estos papeles), llegó a ser tan popular que mucha gente asociaba y consideraba sinónimo las palabras “impresión a la albúmina” e “impresión a la plata” (silver print).
También existieron negativos sobre vidrio que datan de 1848, donde la clara de huevo es el aglutinante de las sales de plata y el soporte es el vidrio; pero fueron sustituidos por los negativos de placa de vidrio con colodión en 1851 ya que estos últimos requerían menos tiempo de exposición.
Fue la técnica adoptada por casi todos los fotógrafos (quienes realizaban sus negativos en placas con colodión e imprimían con estos papeles), llegó a ser tan popular que mucha gente asociaba y consideraba sinónimo las palabras “impresión a la albúmina” e “impresión a la plata” (silver print).
También existieron negativos sobre vidrio que datan de 1848, donde la clara de huevo es el aglutinante de las sales de plata y el soporte es el vidrio; pero fueron sustituidos por los negativos de placa de vidrio con colodión en 1851 ya que estos últimos requerían menos tiempo de exposición.
Técnica:
El procedimiento consistía en romper los huevos y separar la clara de la yema, ya que esta contiene sulfuro que puede destruir la imagen obtenida. Como dato curioso para preparar 500 hojas de 9” x 12” con dos recubrimientos se requerían 15 huevos.
Posteriormente las claras se batían hasta obtener un punto de turrón, después se dejaban reposar algunas horas hasta que se volvía líquida otra vez. Una vez liquida pasaba al proceso de fermentación por 8 ó 10 días en climas calorosos y 20 en climas fríos. La fermentación (cuando ya olía muy mal) se detenía agregando ácido acético al 0.5 %. Después se le añadía cloruro de amonio, este con el objetivo de facilitar la formación de cloruro de plata cuando era sometido a la sensibilización en la flotación del baño de plata. Algunas recetas difieren en que además de que utilizaban estos mismo ingredientes se les añadía alcohol.
Esta solución era vertida en tinas de zinc para hacer flotar el papel durante uno o dos minutos evitando la formación de burbujas, posteriormente eran secada colgándolas. Este proceso de flotación se repetía para obtener superficies más brillantes y homogéneas, pero ahora después de la segunda capa de albúmina, se pasaba a un baño que contenía alcohol isopropílico y cloruro de amonio y solo era sumergida por 15 segundos.
El proceso de secado debía suceder en cuartos bien ventilados con temperaturas superiores a los 30ºC. Para incrementar el brillo y una textura lisa eran sometidos a la presión de dos planchas perfectamente lisas de acero. Era muy importante que cuando secaba el papel no sucediera en un clima húmedo pues podía perder el brillo.
El resultado era un papel que podía fácilmente ser almacenado por días aun a la luz del sol y luego era sensibilizado con nitrato de plata momentos antes de la impresión por contacto directo, o incluso como máximo dos días antes de ser utilizado, bajo condiciones de una tenue luz, lo que hoy podría equivaler a 40 watts de luz de tungsteno.
Para que el papel sea fotosensible debe de haber un exceso de nitrato de plata con relación al cloruro presente. También se podía agregar amonio al baño de plata para incrementar el contraste y sensibilidad de la albúmina.
Para entonar al oro, la imagen era lavada y sumergida luego en cualquiera de los tres tipos de solución: bórax-oro, acetato sódico o tiocianato. Posteriormente eran “rinse” y se fijaban con medios alcalinos (tiosulfato de sodio y carbonato de sodio) y sulfito de sodio, después se lavaban por treinta minutos y se secaban prensadas.
Posteriormente las claras se batían hasta obtener un punto de turrón, después se dejaban reposar algunas horas hasta que se volvía líquida otra vez. Una vez liquida pasaba al proceso de fermentación por 8 ó 10 días en climas calorosos y 20 en climas fríos. La fermentación (cuando ya olía muy mal) se detenía agregando ácido acético al 0.5 %. Después se le añadía cloruro de amonio, este con el objetivo de facilitar la formación de cloruro de plata cuando era sometido a la sensibilización en la flotación del baño de plata. Algunas recetas difieren en que además de que utilizaban estos mismo ingredientes se les añadía alcohol.
Esta solución era vertida en tinas de zinc para hacer flotar el papel durante uno o dos minutos evitando la formación de burbujas, posteriormente eran secada colgándolas. Este proceso de flotación se repetía para obtener superficies más brillantes y homogéneas, pero ahora después de la segunda capa de albúmina, se pasaba a un baño que contenía alcohol isopropílico y cloruro de amonio y solo era sumergida por 15 segundos.
El proceso de secado debía suceder en cuartos bien ventilados con temperaturas superiores a los 30ºC. Para incrementar el brillo y una textura lisa eran sometidos a la presión de dos planchas perfectamente lisas de acero. Era muy importante que cuando secaba el papel no sucediera en un clima húmedo pues podía perder el brillo.
El resultado era un papel que podía fácilmente ser almacenado por días aun a la luz del sol y luego era sensibilizado con nitrato de plata momentos antes de la impresión por contacto directo, o incluso como máximo dos días antes de ser utilizado, bajo condiciones de una tenue luz, lo que hoy podría equivaler a 40 watts de luz de tungsteno.
Para que el papel sea fotosensible debe de haber un exceso de nitrato de plata con relación al cloruro presente. También se podía agregar amonio al baño de plata para incrementar el contraste y sensibilidad de la albúmina.
Para entonar al oro, la imagen era lavada y sumergida luego en cualquiera de los tres tipos de solución: bórax-oro, acetato sódico o tiocianato. Posteriormente eran “rinse” y se fijaban con medios alcalinos (tiosulfato de sodio y carbonato de sodio) y sulfito de sodio, después se lavaban por treinta minutos y se secaban prensadas.
Historia:
Louis Deésiré Blanquard-Évrard, en 1849 después de investigar con muchas otras técnicas de fotografías, diseño este papel como una alternativa al papel salado para obtener buen detalle. Su invención la presentó a la academia Francesa de ciencias en 1850. Este papel demostró ser un éxito por lo que en 1854 el papel albuminado salió al mercado y solo un año después fue el papel utilizado para la impresión de negativos. Durante el período de 1870 a 1900, Alemania se establece como el productor numero uno de papel de albúmina, incluso el resto de Europa o los Estados Unidos compraban papel alemán fabricado en Dresden.
Durante esta época se produjeron gran cantidad de papeles que ofrecían diversas texturas y brillos. Algunos productores desnaturalizaron la albúmina con soluciones ácidas para lograr una mezcla mas homogénea que no tuviera la viscosidad característica del huevo. Otros fermentaron el huevo a elevadas temperaturas por días. Esto ultimo se convirtió en la técnica estándar adoptada en Dresden para la producción del papel a la albúmina. Algunos productores prefirieron eliminar el brillo y otros incluso tiñeron los papeles de rosa, morado o azul con anilinas, lo cual fue muy aceptado por los consumidores.
La impresión a la albúmina fue la técnica preferida por los fotógrafos, pero poco a poco con el surgimiento del papel al carbón en 1864 se fue desplazando su éxito, pero no fue hasta en 1880 cuando su uso decayó y fue olvidado por completo en 1895, sin embargo aun se podía conseguir hasta 1930.
Durante esta época se produjeron gran cantidad de papeles que ofrecían diversas texturas y brillos. Algunos productores desnaturalizaron la albúmina con soluciones ácidas para lograr una mezcla mas homogénea que no tuviera la viscosidad característica del huevo. Otros fermentaron el huevo a elevadas temperaturas por días. Esto ultimo se convirtió en la técnica estándar adoptada en Dresden para la producción del papel a la albúmina. Algunos productores prefirieron eliminar el brillo y otros incluso tiñeron los papeles de rosa, morado o azul con anilinas, lo cual fue muy aceptado por los consumidores.
La impresión a la albúmina fue la técnica preferida por los fotógrafos, pero poco a poco con el surgimiento del papel al carbón en 1864 se fue desplazando su éxito, pero no fue hasta en 1880 cuando su uso decayó y fue olvidado por completo en 1895, sin embargo aun se podía conseguir hasta 1930.
Características visuales:
El tono general es un rojo castaño o tonos ocres que tienen hacia el amarillo, cuando es virado adquiere solo un color castaño o púrpura. La imagen presenta buen contraste, formas nítidas, sombras profundas, buena definición de detalles tanto en sombras como en altas luces. El papel es muy fino, liso, terso y tiene un brillo homogéneo. En un análisis macroscópico es posible observar las fibras de papel en las zonas obscuras y claras de la imagen. Puede presentarse pegado sobre un cartón, lo cual evita que se curven y da resistencia al este papel tan frágil y delgado. La gran mayoría de los papeles que fueron coloreados con anilinas es probable que ya no conserven el color original puesto que estos compuesto son muy inestable y tienen a decolorarse con la luz.
Deterioro:
La albúmina es una proteína inestable, siendo las copias monocromáticas más frágiles, por lo que amarillea fácilmente, pierde contraste y con ello detalles. El amarillamiento resulta de la reacción de la albúmina con la plata (albuminato de plata) el cual es un compuesto muy susceptible a la sulfuración, también proviene de la oxidación causada por la acidez presente de los cartones ácidos y gomas utilizados para montar la fotografía, así como de la luz que cataliza la oxidación. La plata puede formar el fenómeno de espejo de plata en sombras. La imagen se desvanece principalmente en altas luces y puede presentar pequeñas grietas o craqueladuras ya que se vuelve un material muy rígido con el envejecimiento que no soporta las tensiones y los cambios dimensiónales del papel. Las copias no montadas se curvean y hasta se enrollan por la contracción de la albúmina. El deterioro del papel es debido es la perdida de resistencia y oxidación.
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